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Austerlitz (W.G. Sebald)

Anagrama

Publicado: 2016-10-18

Antes de su muerte, nunca se sabrá si a causa de un accidente de tránsito o por un ataque al corazón que pudo precederle; W.G. Sebald era poco conocido por el ' gran público', aun cuando las novelas “Los emigrantes” y “Los anillos de Saturno”, habían sido acogidas con entusiasmo por la crítica especializada. 

No obstante, los temas que abordaba, y muy a pesar de ellos, ya que se dedicó a describir la crueldad en las fortificaciones, cárceles y campos de exterminio nazi- su obra se inscribe en la literatura que el escritor inglés Martín Amis ha denominado “the war against cliché”-, pudo superar la resistencia y el silencio cómplice de sus conciudadanos, quienes han terminado por hacer suya su obra, como antes lo hicieron también con la de Thomas Bernhard.

Es verdad, que no estamos frente a un narrador que evoca sentimentalmente un pasado perdido como Holderlin y Heidegger, tenemos más bien ante nosotros, un autor que nos muestra la progresiva extinción de nuestra capacidad para recordar; su novela Austerlitz (2001), es el mejor ejemplo de esta discapacidad post-moderna.

Como en “Los anillos de Saturno”, en esta novela el narrador es también un escritor que sale de viaje a Bélgica por “razones para mí mismo no totalmente claras” (Austerlitz, 7). En la estación central de Amberes, conocerá a Jacques Austerlitz, un investigador que le narrará durante los pocos encuentros que tendrán durante los próximos tres decenios período en el que transcurre la obra, sus conocimientos sobre las fortificaciones militares; el rastro de su genealogía judía en algún archivo o campo de concentración nazi; y finalmente, su desconfianza del lenguaje y todo rechazo a la vida social: “En ninguna parte, dice Austerlitz, veía ya una conexión, las frases se disolvían en palabras aisladas, las palabras, en una sucesión arbitraria de letras, las letras en signos inconexos y éstos en una huella gris azulada, que brillaba plateada aquí y allá, y que algún ser reptante había segregado y arrastrado tras de sí, y cuya vista me llenaba cada vez más de sentimientos de horror y vergüenza (Austerlitz, 127).

La única manera que tendrá el protagonista para vencer aquella lasitud y apatía espiritual, será persistir en la búsqueda de Agata (su madre), Maximilian Aychenwald (su padre) y Marie de Verneuil (su amante), para situarse “por un lado, liberado de su vida de falso inglés; por otra, aplastado por el sordo sentimiento de no pertenecer ni a ese Estado, al principio extraño, ni a ningún otro”(Austerlitz, 254).

Lo mismo que el protagonista decide recordar "para recuperar el pasado extinguido de su familia y su pueblo" (Austerlitz, 295), W.G. Sebald, decide escribir, pero escribir sobre el pasado, que según sus palabras es la única manera que el lenguaje pueda superar “ese dilema"- que Peter Handke había descrito entre el mundo "exterior" y el "interior"- pues la literatura, al ser fiel al lenguaje asocial, prohibido, "aprende a utilizar como medio de comunicación las imágenes opacas de la rebelión rota”. (Miguel Ramirez Guere)


Escrito por

Carlos E. Luján Andrade

Carlos E. Luján Andrade (1978) autor de El Comedio del Breñal (Mesa Redonda) y del poemario Soundtrack / Miles de Misiles, entre otros.


Publicado en

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