El Marqués de Villa-Rica, protagonista de esta historia, es un individuo abstraído en una época ya ida, es excéntrico y afrancesado, pues quién como él para trasladarse en un carruaje en medio de la modernidad, que reacciona de manera delirante ante la infidelidad de su esposa pues manda a esculpir dos figuras de cera, la de ella y su amante -su profesor de música- representando el momento en el que los descubre juntos. Un argumento satírico acerca de distintos mundos que se conectan casi de manera indiferente y cínica, la de una época cambiante con la tradicional que se muestra ya decadente.
Es un libro desconcertante si no se lee con sentido del humor, en el que no hay un por qué de las maneras de actuar del Marqués y quizás buscando la alegoría en este relato encontraremos en las esculturas de cera un deseo ferviente de perdurar los tiempos como a sí mismo; pues vemos a través del narrar de la historia una actitud reaccionaria, de no querer ver lo que le rodea como un mundo que ya vive el cambio. Seguir al personaje principal y la actitud de ofuscación y sorpresa de los que le rodean como La Cocinera, Serafín o el Escultor nos hace ver con mayor claridad hacia donde se dirige el autor.
El Museo de Cera es una obra que aborda de una manera amena la forma de vernos a nosotros mismos, sobre cómo cambia una sociedad y lo ridículo que nos veríamos si no lo hiciéramos con esta.
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Título Original: El Museo de Cera
Autora: Jorge Edwards
Nacionalidad: Chileno
Editorial: Seix Barral
Pags.: 190
Calificación: 9/10